PARTO IDEALIZADO VS PARTO REAL

Cuando se acerca el momento del parto, la mujer empieza a pensar e imaginar cómo sería ese instante, muchas veces aparecen los miedos, las fantasías, las cuestiones a organizar de la vida cotidiana en el caso de tener otro hijo. Y por allí también aparecen las idealizaciones que tienden  a tener la función de protección de nuestra psiquis, porque implica en algunos casos vivir algo desconocido que a veces asusta, y otras se cuenta con poco apoyo emocional para tal circunstancia de la vida.

Por lo general la mujer prefiere un parto: humanizado, respetado, donde pueda ser protagonista en la escena, y es como debe de ser. Aunque a veces no resulta de esa manera, porque se imagina un parto natural y termina en cesárea, por la cantidad de horas de trabajo de parto, o no dimensiona la intensidad del dolor de las contracciones. En otras oportunidades, entran en juego ciertas intervenciones de parte de la Institución Médica que transversalizan con lo ya instituido, donde se deja de ver a la mujer como paciente y  a sus necesidades. Esto a veces deja por consecuencia malos recuerdos, de un momento que podría haber resultado maravilloso y sublime, y termina resultando una pesadilla para la mujer, o para la pareja, que por momentos termina desdibujando el deseo de la mujer de como hubiera querido que fuese el parto y lo que resultó en definitiva: “ …en algún momento sentí que no era participante, me sentía ajena a la situación. Me sentía ENAJENADA.”  …”dolió un infierno, y creo que más dolió por el miedo y el pánico a lo desconocido y por desconectarme de mi mente y de mi cuerpo….”. Estos son algunos de los sentimientos que vivencian las madres en ese momento. Cómo una situación planificada que no sale según lo esperado puede ser opacada por atravesamientos institucionales a veces rígidos y estandarizados que pierden de vista a la mujer, su deseo, y su ilusión que llevan a la desconexión con el sentir, y a quedar colocadas en un lugar de fragilidad, donde se da una vulneración de sus derechos y esto juega en contra a la hora de establecer un primer  vínculo con el bebe, desde el lugar de la exigencia de la Institución, desde el deber ser de la madre, y de las diferentes opiniones del equipo médico: enfermeras, partera, especialista en lactancia, médicos.

Silvia González

Lic. en Psicología

Diplomada en Psicología Perinatal.

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